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todo.un | Dios, habia pasado al mismo huerto donde existia su sepulcro, para consolar 4 sus fieles discipulos y confir- marlos con su presencia y sus palabras,.en lo que los ange- les les habian dicho de érden suya. La transicion del alma de Maria del abismo de la tristeza al Océano de la alegria, no pudiera efectuarse sin una gracia de su Hijo, tnica en su. género, que la preparara para recibir la visita del mis- mo Hijo ya glorioso, y la fortaleciera para ver en él aque- llos arcanos que no es licito decir 4 un mortal, porque no puede verlos mientras esté en esta vida '- _ jQué estdtica quedaria la Madre, cuando el Hijo la salu- dé con las mismas palabras, con que lo hiciera cuando la ‘encontré en la calle dela amargura! jQué gozo no tendria, al ver aquel cuerpo resplandeciente y hermoso, cual no es posible imaginarse, aquellas llagas refulgentes con los res- plandores de la divinidad, y aquella suavidad y magestad del rostro de su Hijo! Seguramente en aquel momento fué padecido en los treinta y tres afios dela vida de su Hijo. No fué sin duda aquella la ultima visita que Jesus hizo 4 su Madre despues de resucitado: antes es de creer, que cada dia la concederia, esta gracia en los cuarenta dias que con- versd atin con sus Apéstoles, tratando con ellos de cuanto pertenecia 4 la fundacion de su Iglesia. Y como Maria era la Madre de los fieles y la Reina de los Apéstoles, probablemen- te bajaria tambien de Jerusalén 4 la Galilea junto con las santas mugeres, y estaria en medio de aquellas quinientas personas, que bajaran alla unidas con el vinculo de la cari- dad fraternal, y 4 las cuales aparecié el Redentor en el mon- ‘ te, que 61 mismo. les habia sefialado °. __ En todo este tiempo iqué misterios, tan profundos de la sabieinde divina no la descubriria el que tiene las aguas del mar en su puio, lleva al mundo en su dedo, y extiende los 1 2.*Cor., cap. g2, v. 4. 2 41.*°Cor., cap. 15, v. 6. “qui haberse dado las congratulaciones reciprocas, — que.solo, puede imaginar la Madre que las dié y recibié de indemnizada la Virgen de cuantas penas y angustias habia -