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184 4 no desamparase 4 su Hijo: pediale que aceptase su,saerificio, que mitigase sus iras, y perdonase al género humano, y se compadeciese de aquel pueblo ciego en su iniquidad. Ab- sorta estaba la Setiora en estos pensamientos, cuando los -martillazos hirieron sus oidos y traspasaron su corazon. jAh! Era la mano derecha de su amado Jesus lo que el duro hier- ro taladraba: otros golpes vienen al poco 4 herir de nuevo los virginales oidos, y sus ecos producen en la Madre un espanto y temblor, como si el alma quisiese separarse del virginal cuerpo: al poco otros martillazos mas fuertes y pro- longados se sienten en medio del. rumor popular, causando al corazon maternal congojas de agonia: nuevos ruidos y - rechinamientos de cuerdas y garruchas hienden los espa- cios, y en el acto el sordo rumor que las turbas harian, es interrumpido por una esplosion instantanea, y estrepitosa como una multitud de truenos. ; Qué dolor! Jesus habia sido crucificado y levantado con la cruz en el aire, para que el pié de aquella entrase en el agujero practicado en la cits- pide del pefiasco del Gdlgota: al aparecer sobre las cabezas de aquel pueblo ya deicida, una nube de insultos estallé so- bre la victima, saludando todos con sarcasmo al :rey de los judios, y diciéndole, que pues destruia el templo de Dios, y - lo edificaba en tres dias, se salvase ahora4 si mismo, y si era realmente Hijo de Dios, bajase dela Cruz. — ; ‘Era ya un hecho consumado para la nacion de Jacob el deicidio: cumplidse al pié de Ja letra lo que mil afios antes anunciaba David, cuando decia que lo rodearon toros brio- sos, muchos becerros, animales de rabia, y bestias feroces, que bramando y rugiendo como leones, lo insultaban, agu- jereaban sus manos y pies, contaban todos sus huesos, di- ~ vidian y sorteaban sus vestiduras, y en su extrema sed le daban hiel y vinagre, para que refrigerara sus fauces dise- cadas *. Haria casi tres horas, que los judios habfan. crucifi- cado 4 Jesus, y todavia se burlaban de é1, haciendo chistes con el santo nombre de Dios, que aquel invocaba, y con la * Psalm. 21.