BCCPAM000542-2-33p02d00000000
. 171 go, dice el Doctor Serafico, seguirlo 4 todas partes; porque, » conduciéndolo los judios con tanta violencia y p itacion de un tribunal 4 otro, para que fuera sustanciada la causa, antes que viniera la hora de sacrificar el cordero pascual, no podian las santas mugeres, con quienes iba Maria, se- guirlo sino de lejos '. ;Ah! ;Cémo era posible, que se acer- case 4 su Hijo la Sefora, sin ser atropellada y pisoteada por la hez apifiada del pueblo, que corria en todas direcciones para ver al profeta, apresado con tanto apresto militar, y llevado tan ostensiblemente 4 las moradas de los altos dig- natarios de la Judea y de la Galilea? El presidente romano, 4 quien Jesus fuera presentado como si fuese un sedicioso, apenas le hiciera dos preguntas, y oyera las respuestas ve- ridicas y graves, del llamado alborotador, y viera su rostro venerable y modesto, conociéd.que aquel era un inocente, entregado por sus conciudadanos 4 la potestad civil, por efecto de la envidia é ira que contra él tenian: y para eva- dirse de la responsabilidad de la causa, alegé un titulo de ' incompetencia, diciendo 4 los fariseos y principales, que puesto que el acusado era, segun decian, galileo, lo remiti- ria 4 Herodes, que era el rey de aquella parte, y én efecto *S ‘Jo envid. Mas este, no encontrando tampoco causa alguna de muerte en el acusado, por mas que alegasen los escribas y sacerdotes, lo remitié de nuevo 4 Pilato, diciéndole, que no habia motivo para juzgar ni condenar al preso. Entre tanto jqué expectaculo tan consternador presenta- ba Jerusalén! Hallabanse en ella’ aquel dia muchos cientos de miles de judios, que habian venido de toda region 4 cele brar la pascua: y quizis habian entrado, en Jerusalén, parte - con el pensamiento de ver, si por casualidad en aquella gran - solemnidad tendrian la dicha de conocer y oir predicar al gran Profeta, cuya fama habia legado 4 Tyro, y Sidon, 4 las riberas del mar y 4 las islas lejanas, parte con el deseg de verlo morir,-como & enemigo de los sdbios de la nacion. {Qué decepcion para estos primeros? ;Qué alborozo tan ' Medit. Vit. Christ., cap. 70.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz