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1 clave al edificio de grandeza, que por espacio de cuatro mil _ aos habia llamado de una manera especialisima los cuida- dos de la Providencia divina. Eran la clave que daba consis- ~ tencia imperecedera al imponente edificio de la- familia de David, y al mismo tiempo el cimiento de otro mayor, pues de ellos tenia que nacer la augusta Nifla, en cuyo seno vir- _ ginal tomaria carne el Hijo de Dios, para dar consistencia eterna 4 la descendencia de David, y fundar el trono y el reino que mediria su permanencia con los dias de la eterni- ‘dad. Bien puede decirse, que, desde que Joaquin y Ana se unieron en santo enlace para dar un vastago mas 4 la raiz deJesé, Dios concluyé todas las obras que tenia decretado sacar de la nada, y que entraba en descanso, despues de ha- ber estado haciendo ostentacion de su poder para conservar la descendencia humana, desde Adan hasta Noé, desde Noé ‘hasta Abraham, desde Ahraham hasta David, desde David hasta Zorobabel, y desde Zorobabel hasta Joaquin y Ana; y apenas haya dado 4 estos santos esposos el fruto de bendi- cion, ya puede toda la descendencia de Adan arrodillarse “ante este Patriarca, que tiene en sus brazos una nifia tier- : “na, y darle el mas cumplido placeme, pues han de ser bende- cidas en él todas las naciones de la tierra. i Qué grandes é ilustres sean estos dos séres en presen- cia de Dios, nos lo dicen sus nombres, pues uno quiere de- cir Preparacion del Senor, y otro se interpreta Gracia de Dios; cudnto valgan ante Dios y los hombres lo declara la Nifia preciosa que el cielo les ha de dar. Sin embargo,‘digno esde notarse, que entre tantos historiadores como la humanidad ha tenido, que han encomiado 4 sus mas nobles hijos, nin- guno se acordé de dedicar una linea é estas dos séres ilus- tres: y quizas hay escondido en esté algun designio de la Providencia, pues no. quiso.que se viesen rodeados entre los hombres de lo que apetecen los mindanos, y los hace: reco- mendables 4 los hombres en la tierra, que son las riquezas y los honores vanos. Pero en medio de la oscuridad, 4 que el mundo condena 4 los que no aparecen en él con el brillo del fausto terreno, hay una voz sublime y elocuente, que anuncia de Joaquin y Ana, glorias verdaderamente divinas; solo el