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29 ‘cielo su trono. Maria es la tierra, pues nos did aquel fruto. bendito, del cual hablo el mismo profeta, cuando dice que la tierra dié su fruto. Maria es el mar, profundisimo en bondad y misericordia, por lo cual interpela la profundisima mise- ricordia de su Hijo por nosotros, cumpliéndose en ella la] pa- labra divima que dice: un abismo invoca otro abismo. Maria por — tanto es cielo; Maria «es. tierra ; Maria es mar. , Quien midid < la altura de este cielo, la anchura de esta tierra, la profun- — didad de este abismo? {Quién la inmensidad de Maria, sino Aquel que Ja formé altisima y profundisima, 1no solo en gra- cia y gloria, sino tambien en misericordia? ‘ » Del modo | como Dios obré en el tiempo, Tespecto de la Virgen, se deduce infaliblemente lo que ella era en la mente ter rey condujo Dios : templo de Dios y sagrario del Repirita Santo’.meOO en el mundo en un tiempo marcado, como _ todas las demas criaturas; pero fué preordinada en la mente divina antes que toda criatura, para que 4 su tiempo engendrase en sus entrafias al Hijo de Dios, y «antes que existiese el mundo, fue elegida en el consejo de la Sabiduria eterna *.» Existia pees por tanto en la mente diyina, como yergel del Padre y flo- ae prado de toda fragancia, como noble hospedaje de la ia Trinidad, como tesoro del amor de Dios Padre, co- ee | unigénita y primogénita *, como hija nobilisima del Padr "e *, com *, 4 Madre del Be eterno. Sy oat: Como en la Virgen Maria seblah 96 ean Ghtes tan admirables, es ella sola entre todas las criaturas la nica en quien necesariamente habian de detenerse,como en un centro de accion todas las operaciones inefables de Dios cuando quisiese manifestarse 4 los hombres, y tambien todas —_——-—-— ' §. Bonay. in Specul., c. 5. 2 S. Thom., Opuscul. de Charit. 5 San Pedro Damiano, Serm. 15 de Nativ. Virg. + §. Juan Dam., Orat. 1. de Nativ. °% S. Bonay. in Specul., e. 1, a ossdel ‘Espiritu Santo, ay. de “gratia, pe 3 ee ia ie pe

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