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que sus mejillas tienen mas suavidad de color, que las gra- nadas: que sus lébios estén rosados como la cinta purpurea: que su aliento es mas aromatico que las flores, y sus pala- bras mas dulces que el panal de miel: perfilada y graciosa es su nariz, como la torre del Libano, que mira contra Damas- co: su cuello es terso como una torre de marfil: esbelta y hermosa es su talla como una palma, sus manos torneadas y blancas como el nacar; toda ella es hermosa, toda bella, toda agraciada, pues esté vestida de riquisima tinica de ‘ reina, Ievando en ella y en su. manto " bagesaeg fimbrias adornadas de mil variedades7. Y asi convenia que fuese la Virgen, perfectisima y aca- bada en su cuerpo, en lo exterior por una armonia completa de cada uno de los sentidos con relacion al fin de sus opera- ciones, y en su interior por un equilibrio ‘admirable de hu- mores, por una organizacion la mas delicada y por una pu- reza mayor, que la que tuvo el primer hombre, cuando salié de Jas manos del Criador. La razon es muy ébvia; porque el sumo artifice concurrié de un modo inefable 4 su formacion enel vientre de su madre, por cuanto preparaba desde enton- ces una habitacion | para su hijo, y queria que fuese digna de él; y didla tanta abundancia de bienes y carismas en el alma, que rebosaron por todas partes en el cuerpo, volviéndolo el mas hermoso y perfecto de todas las mugeres. Exigialo realmente asi la dignidad de la Virgen; esa armonia, que guardan en el cuerpo humano los liquidos con los sdlidos para formar la sangre y conservar la vida, tenia que ser en el cuerpo de la Virgen tan perfecta que llegase al ultimo apice; porque su sangre, sus fitidos, sus humores, su sustan- cia, su naturaleza habian de servir de materia al Espiritu Santo, para formar el cuerpo perfectisimo del Hijo de Dios. Por esta razon, dice un intérprete sagrado , afirmamos, que asi como el cuerpo de Cristo, formado sobrenaturalmente por Dios mismo, es perfectisimo y hermosisimo en su natu- raleza, cuanto cabe en el estado de viador; asi el cuerpo de 4 Cant. cap. 7,v. 4. 2 Psalm. 44,y. 10, Spy 4 ead
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