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¥ todo esto esta en armonia con su dignidad y . predestinacion; porque nada hay de extraordinario . -en que la Virgen, que estaba predestinada 4 ser Rei- 3 ~ na de los angeles , se viese servida por ellosen su 7 nifiez, cuando vivia en el templo: ni tampoco es de - = maravillar, que la que concebia en su vientre al — at Hijo de Dios, tuviese el privilegio deque su alma st santisima fuese elevada 4 verlo en aquel instante ad- 4 inirable en el cual tuyieron lugar operaciones que 2 seran siempre incomprensibles, 4 las criaturas, y que se le concediera este favor en otras circunstan- . cias de su vida, en las cuales Maria habitaba en la tierra, pero -tenierido su corazon y su alma, mas que en la tierra, en el cielo; y no como quiera en el cie- lo, sino recibiendo del Padre Eterno 4 su propio Hijo, y entrando este en su seno, donde consumaba el a. Kspiritu Santo la obra mas oe de su —— im tencia. ‘ aa - ‘ Jer ste = Antes lo habia dicho San Apistis en el siguiente razona- “miento: Ad hanc contemplationis lucem Marie mens elevata {ue- rat, que ceelestis patrice dulcedinem in verbis eapressit, quam inef- 3 fabiliter comprekendit. Nam cum se magnificare Dominumper- hibuit, reddendam universis eterni muneris majestatem inter- - na visione contueri se manifeste declaravit. 8. August., tract. 24 super Magn.) Lo mismo repite en la 4." parte, a. 15, cap. 19, el citado S. Antonino; siguiendo sus huellas y su doctrina $. Bernardino de Sena, el Beato Dionisio Cartusia- no y"Alberto Magno, el Abad Ruperto de Tuy, Juan Gerson, Dinisio Richel y otros muchos, y entre ellos el,sdbio Suarez, que dice estas palabras: Dico pie et probabiliter credi posse, Beatam Virginem in hac vita interdum elevatam fuisse ad viden- dum clare divinam essentiam brevi tempore. (Suarez in 3 art,, disp. 19, Tet. 4.) 4 w a 3 ae 3z

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