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mismas que son las deudoras, y no lo es: ese precio es del acreedor, que tiene la bondad inefable de haberlo ganado, para hacer donacion de él 4 los mismos deudores. Pagan la deuda segun la ley de la justicia conmutativa, pero es por- que Dios acepta los bienes de su propio Hijo hecho hombre, no, porque los esclavos del pecado tengan de donde echar mano para redimirse: el acreedor les da tesoros, para que compren.con ellos su libertad. ;Sucede acaso otro tanto con la Virgen en todas sus partes, y con todas esas condiciones? En verdad, hay en eso una gran diferencia entre la Virgen y los santos. _Hemos visto que los Santos no han podido poner nada para pagar el precio de su rescate segun todo el ‘rigor de Ja justicia conmutativa; pero al tratar de la Virgen no. _po- demos hablar asi. Ella fué preservada de incurrir en: la culpa. en .vista de los méritos del Hijo de Dios hecho” hombre, méritos que adquirié por su preciosa sangre, der- _ ratmada por amor de los hombres: y basta esto para de- cir que la Virgen no es como los demas santos, porque si bien ella no dié los valores incalculables para la gracia de su santificacion, did la materia con que. el Hijo de Dios los habia de ganar. Véase cémo describe esta donacion de la Virgen San Euquerio ': «Cristo, dice, hecho de la carne de Maria, formado de sus entrajfias, compuesto de su sustancia, ofreciéd su sangre, pero la ofrecié, abiéndola tomado de la sangre de su Madre.» ¥ iqué podian. darle.los See que no - estuyiese coptaminado? Fué el Senor viendo si habria algun _ yalor en cada uno de ellos, y nada encontrd; teniendo: que ponerlo él todo para: redimirlos y santificarlos: pero vino 4 la Virgen; «vino i la mesa de la Virgen, dice Santo Tomas de Villanueva ?, y de ella tomé dinero con abundancia, para darselo al acreedor. Porque tomd la carne, para tener con qué pagar al Padre por el amigo, 4 quien habia sacado de ! Homil. 4, de Nat. Dom. 2 Serm. 1,.de Assumpt. redimen de la esclayitud de la culpa, fuese propio de ellas ae ae &