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Porque entra en las reglas de la economia divina, el dar 4 cada cual las gracias en proporcion 4 su predestinacion. Y — como estaba predestinada _ la Virgen 4 cooperar 4 la reden- cion de los hombres, la gracia que la convenia era, 10 solo. de mayor magnitud, que la que Dios habia dado 4 todos los angeles juntos, citanda los crid, porque tenia que éjercer in oficio, en el cual solo ella podia tener participacion: sino tam+ bien de ciertas condiciones, que no podia tener tampoco la gracia’ de santificacion dada & todos los hombres. Es biet sabido, |que la Virgen como hija dé Addn, debiera contraer la mancha original, i no ser preservada por una gracia singn= _ lar de Dios: esta preservacion es otorgada 4 la Virgen por un decreto especial en vista de los méritos de su Hijo, como nos lo ensefia la fe. Pero ;quién no’ advierte la diferencia que hay entre la Virgen y los dngeles, y entre ella y todos los Santos? Ya hemos visto antes, que los angeles no fueron con- firmados en gracia, sino despues de salir victoriosos en la ten- tacion, mientras que la Virgen lo fué en el mismo instante de su creacion: pero ahora es necesario examinar la diferen- cia que hay entre la gracia dada 4 los Santos, y la que se did — 4 la Reina de todos:-de cuyo examen se deduce necesaria~ i mente, que el momento de la Concepcion inmaculada de la Virgen es un misterio, que debemos creer, pero sin investi- gar el modo, pues solo lo sabe el que criaba 4 la Virgen para que fuese su Madre. * Cuando los Santos son purificados de la culpa original, lo son porque el Hijo de Dios quiere pagar 4 su Padre por cada uno de ellos el precio de su reseate, siendo este precio su sangre santisima, ;Podra decirse que cada una de.estas almas pagan 4 Dios Ia deuda que tienen con él, segun todo el rigor de la justicia conmutativa? En'verdad no, pues para’ que asi fueése, era indispensable, que el precio con que se . i q i | saciid ats las ae pacts Sa dt ees que se dieron 4 estos espfritus, los cuales sin embargo no fueron criados mas que para ser ministros de Dios; por lo que, es necesario decir, que en el primer instante de su creacion did el Sefor al alma de la que habia de ser su Madre, mas gracia que 4 los espiritus soberanos todos juntos.