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a ; ‘A 250. | contemplar y describir, ha de ser para adorar 4 Dios en 6} : como en su santuario, para postrarnos ante su relicario, y_ su trono, Gouds' nt Eeae toda su weinarieurty per Con los hombres. — , Ly einai sia a emprender iii tarea, lo que aice San Isidoro de Tesalénica, al dar comienzo 4 un sermon so~ bre el transito de la misma Virgen. «Cuando alguno, dice, - contempla la hermosura del cielo y el disco resplandeciente del sol, ‘aunque comprende que no tiene palabras bastantes para explicarla, y apenas sabe e6me empezar 4 hablar, por’ _ sobrecogerle un gran estupor, no puede contener su lengua sin embargo, y mientras esta mifindo el portento, siempre 16 ensalza. Y siendo esto asi, ,quién dejara de entonar himnos 7 dla Virgen y de componerlos cada dia, aunque otros lo ha- yan hecho, sin poder dar mas que una ligera estrofa? Tiene su alabanza’ el cielo, porque matizado de estrellas, aparece _con inniensa magnitud; tiénela el sol, porque nos da Inz, y es el instrumento de las fuerzas generadoras de la natura- leza. Pero jhabré tiempo alguno que no convide 4 alabar 4 la Virgen, cuando envia 4 los extremos del mundo una luz inextinguible, y ha aparecido como el sol axplondinietane: : dando una vida indeficiente 4 todos?» ' ~ Por ultimo, hay en estas investigaciones tanta suavidad para: el corazon, y tanta atraccion para el espiritu, que no “podemos menos de invitar 4 todos, 4 que lean'lo que hemos escrito, y lo que-escribiremos con la ayuda dd cielo, para que sus almas se eleven 4 la contemplacion de lo mas bello y encantador que hay en la creacion, y de ahi suban mas alla, & lo que es lo bello, lo hermoso, lo sublime poresencia, ‘i Dios. Y no eXtrafie nadie que le convidemos con estas de- -_licias: porque la posesion de ellas no engendra egoismo en quien las posee, sino que antes se vuelve su corazon tat grande y generoso, que quisiera que todos fuesen ricos con su riqueza, y felices ‘con su felicidad. Y asi nos los dice tam- “pien el citado Padre, continuando la comparacion de la Vir- Renda aN Ge ii ~ at a Baal ihe ! Serm. de Dormit. Virg.,n.* 1