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hermano, pues tiene toda semejanza con ellos enla naturaleza, en la cual al mismo tiempo dista infinitamente de Dios, Sin ~ embargo, como aun en esa naturaleza que ha tomado, es Hijo de Dios, su santidad é inocencia, que son esenciales en él, lo subliman infinitamente sobre los hombres, hasta sentarse en. el trono de su Padre, con quien en unidad de esencia vive y reina por tos siglos de los siglos. {Qué madre podria darse | 4 un hijo tan grande en santidad é inocencia? ;Qué madre se habia de encontrar que le diese la naturaleza de Adin, sin que Ja santidad infinita del Hijo de Dios padeciese el mas pequeiio ¢desdoro? La Virgen; la Virgen, que estaba en las mismas relaciones con Dios y con los hombres respecto de santidad é inocencia, que las que tehia su Hijo, con solo la diferencia esencial, que hay entre Dios y la eriatura; pues en Dios la santidad es esencial 6 infinita de un modo positivo, mientras que en la Virgen es todo un efecto de la gracia y ‘misericordia divina, y no pueden lamarse esa gracia y esa santidad infinitas, sino és por canto son tan grandes, que no pueden darse mayores en una criatura, ni tampoco cria- tura alguna puede abarcarlas. Véase como, se mueve, y &dénde se dirige, el. gran res- plandor de santidad que sale de la Virgen; va 4 reflejar en el hombre, y como este es.un vaso, de precioso cristal si, pero infecto y afeado con el halito pestilente de la culpa, no encuentra donde imprimir sus bellezas; esa rdfaga purisima de luz celestial, es la paloma que sale del arca de Noé, la cual, no encontrando en la-superficie del globo sino lodoé infeccion, se vuelve al parage de donde ha salido '. Va re- corriendo los séres espirituales, baiiados todos con los res- plandores de la santidad que Dios les ha dado; y aunque to- — dos son puros 6 inocentes, ninguno se parece & esa Virgen, no pudiendo por Jo tanto posarse en ellos esa inmensurable madeja de luz que se desprende de ella. Solo cuando se en- caminan esos torrentes de luz 4 los que salen del trono de luz inaccesible donde habita Dios, hay como una uapatOn de unos 4 Gen. cap. 8, v. 9.

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