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Taiz, su primer padre, no se hubiese contaminado: y que la _privacion de’esos dones debidos 4 la bondad divina, y per- didos por la malicia del primer hombre, es un castigo del ‘pecado. No es de esencia de la naturaleza humana, va di- _ Giendo la revelacion, el que se la haya dado la gracia para amar 4 Dios y subir al cielo: no se destruye tampoco la esencia de la misma naturaleza, porque se haya perdido esta gracia: lo primero es un don gratuito de Dios por efecto de ‘su misericordia: lo segundo un .accidente sobrevenido por efecto de la apostasia del primer padre: es un castigo, que -comprende 4 todas las ramas on cee eee niet AA tipe ley general y universal. - Esto ensefia la revelacion: pero la razon filoséfica, una vex amaestrada por la divina, sobre el origen de estos ma- les, comprende muy bien que, supuesto es un castigo gene- ral el venir 4 la vida trayendo un origen inficionado, puede haber un privilegio que exima 4 alguno de esa ley. Y como aa de esto no puede uno menos de afirmar, que en en morak de la humanidad, no puede ninguno de sus hifos evadirse de una disyuntiva, que es como un circulo de hierro, en que est’ encerrado. Esta disyuntiva es la si- ‘guiente: ningun hombre, que sea hijo de Adan, segun el curso ordinario de la naturaleza, puede ser en el érden mo- ral mejor que los demas, por ser todos hijos de una natura- leza corrompida: si alguno ha de valer mas que los otros al ser engendrado, y los ha de superar en grado absoluto en gracia y virtud, es indispensable que no adquiera el mal, que se inocula 4 todo hombre por una ley de justicia, en en- trar en el numero de los descendientes del gran arbol.. Hé aqui la mole verdaderamente inmensa, que se pone delante de los ojos de nuestro entendimiento, cuando trata- mos de deslindar el principio de la superioridad infinita de la Virgen, comparada con los demas vastagos de la natura- leza humana. Sila Virgen es tan grande comparada con los hijos de Addn, necesariamente lo ha sido desde el primer momento de su existencia: esto dice la razon, armonizando del todo en sus deducciones, con lo que la religion nos ense- fla acerca de la creacion del hombre y su caida. Y si no hu- sialbictigiets cg ea

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