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LIBRO DECIMO. LLOQ “La Virgen Maria i relacion a los hombres. Al examinar Jo que es la Virgen con ‘ei 4 los hom- bres, entra el entendimiento en una especie de atonia que no le deja dar un paso: porque esa Virgen es una flor del ‘gran drbol de la familia humana, y debe su sér 4 la misma raiz, su jugo al mismo tronco, su sdvia 4 las mismas ramas en que nacen otras. flores, y su vida por fin al conjunto del mismo arbol, jEse arbol, se pregunta uno 4 si veces estd vivo, est& sano, esta corrompido? Y tiene uno qu testar que esta infecto, pues cada cual siente dentro " la enfermedad que produce, y ve que todos adolecen del mismo mal: por, consiguiente, la razon le dice 4 cada uno tambien, que no hay segun el érden natural de las cosas que nosotros conocemos, un solo vastago de ese arbol, que pueda valer mas que los demas, ni una flor que no despida fetidez, ni una hoja que no esté herida de muerte. Y jno podrdé darse en ese-gran arbol de tan mala sivia, ‘se pregunta uno de nuevo 4 si mismo, alguna ramita que sea hija del mismo tronco y no salga enferma y contamina- da? ;No podra haber algun individuo en esa gran familia que, . sin dejar de ser su hijo, sea mas que todos los demas? A estas dos preguntas contesta la revelacion, ensefiando que Dios hizo recto al hombre ', y lo adornd de gracia y justicia: que este don no era una prerogativa esencial 4 la naturaleza, sino una gracia del Criador: que esta gracia hubiera sido el patrimonio de todas las ramas y flores del gran drbol, si su ‘ Eccli. cap, 7, v. 30.

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