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= 197 de Dios, porque por los méritos de su Hijo los purifica del pecado, y de esclavos de la culpa los hace sus hijos, dando- les la libertad que tienen los hijos en casa de su padre, Ellos son sus hijos, porque de soberbios se hacen humi Ides, de al- tivog mansos, de vengativos misericordiosos, de revolto- sos pacificos, de avaros dadivosos, y de pecadores justos; formando asi la gran familia de la casa de Dios, en la cual el mismo Dios derrama la paz como torrente caudaloso, _ porque los hijos se parecen todos 4 su padre, y no tienen mas _voluntad que la de aquel. Maria entra en esta filiacion de se- mejanza, de inocencia y de pureza como. todos los predesti- nados, pero entra como Reina, como Sefora, como privile- giada, distinguiéndose sobre los santos como la madre del rey se distingue en su reino de odor los ; amigos y privados ‘del mismo monarca. Sin embargo, no es esta la filiacion e nn que contemplamos & Maria; tiene ella una em la-cual se presenta ella sola, sin que pueda compararse con ella niel angel, niel hombre, porque todos estan en otro circulo, que dista infinitamente de la region donde esté Maria. En ese punto la Virgen no se parece sino 4 si misma, ni puede eompararse sino consigo misma. Dios Padre ha dado 4 Maria su propio Hijo para que lo engendre en su seno; y una vez consumada esta gran obra dela dignacion divina, el Padre Eterno ha de ver en Maria 4 la Madre de su Hijo, 4 su Hija muy amada; y; este serd su ene para wanes A, 4 Desde la mas remota iad del erintinitenn, ileebos tos ficles & la Virgen. Hija del Eterno Padre en este sentido; y lo comprueban los dichos de los Padres y los disticos de las liturgias. EL Emmo. Cardenal Angel Mai, trae en el tomo 4.° de su Epicilegio romano, una oracion de San So- fronio, que dice asf: 0 Sefior Dios-mio, que no desalaste jams el claustro de la virginidad de la Hija de Dios, que te parié sin obra de varon, etc: Domine Deus meus, qui Dei fili@, que te nescia thori peperit, virginilatis claustrum nequaquam solvisti; etc. San Andrés de Creta dice lo siguiente en un sermon de la Natividad dela Virgen (Galland., tom. IX, pag. 34), hablando de Santa Ana, la cual era esléril y no tenia hijos, recibid por hija a la Virgen, Hija de Dios. Mas expresas estin todavia las lilurgias, para decir que Maria‘ es la Hija de Dios Padre, de un modo que solo 4 ella puede convenir, pues