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178 el Altisimo pasd, dejandola siempre cerrada '; sagrario de propiciacion y union; tierra de promision, que derrama para todos los hombres la leche y miel de la incorrupcion y la in- mortalidad; nube iluminada con resplandores divinos, que conduce con su mano a los que estan sentados en tinieblas — _ y sombras de muerte, 4 la luz inaccesible de la ciencia del Sefior.3 gs ‘es ¥ jquién puede decir todo lo que ha producido la santi- dad de la Virgen para bien del mundo? Lo compendia en po- cas palabras un breve discurso con que damos fin 4esta materia, discurso mas notable por las personas en cuyos labios se pone, que por haber salido de la lengua del santo Doctor, cuyas huellas hemos seguido *. «O Sefiora, dice; qué corona, que sea digna de ti, podré tejerte nuestra len- gua de barro? ;Qué encomio podra elaborar nuestra mente humana, que sea igual 4 tus resplandores? ;Qué aplausos, aunque resuenen mas altos que los agudos clarines, podre- mos darte, que igualen4 tus grandezas? ;Qué alabanzas es- cogitaremos, de las cuales haya una sola siquiera, que me- rezca parangonarse con tus resplandores ? iO purisima Sefiora! Por ti crié Dios el cielo, fundé la tierra y did 4 luz la mar, el sol y toda hermosura, cualquiera que sea, y por ti existe cuanto hay, que nuestra mente pueda entender. Ti eres la que procuraste un estado mejor 4 todas las. cosas; pues toda criatura salié de las manos del Criador, para que fuese cada dia mejor y consiguiese su felicidad; y esto he- mos conseguido nosotros por medio de ti, 6 Sefiora, digni- sima de toda alabanza; y no solo esto, sino que tambien he- mos conocido 4 Dios por ti, y hemos sido sacados de las | tinieblas y del error, y esperamos la posesion de bienes ine- narrables; y no hubiéramos podido desear la vida natural, si no hubiese de suceder, que por medio de ti nos viésemos libres de la oscuridad del error, y enriquecidos despues con 1 Ezeq., cap. 44, v. 2. 2 San Isidoro de Tesaldnica, en el sermon sobre el Trénsito de la Vir- gen, n.° 18, lo pone en los labios de los apéstoles, dirigiéndose al santo cuerpo antes de darle sepultura. t 4
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