BCCPAM000542-2-33p01d00000000

tura maawise y wnica, pues despues de ola . L elogios por su hermosura exterior, no quiere que. diga la lengua lo que solo puede expresar la elocuen- _ cia del silencio. Asi, despues de emplear en su dese cripcion lo mas bello y sublime delas cosas visibles, Te : concluye con estas palabras: sin lo que esta ocullor =a ai por de dentro'; 1o que significa que las bellezasi eae . teriores de. Maria; las grandezas misteriosas de» su . sublime dignidad, no son del dominio de otrasia “ee teligencia sino de la eterna é Anfinita. A’ estas terioridades de Maria. solo Dios ‘puede dlogads: (His. a Querer dar en un prélogo siquiera un ligero bos- - ~ quejo de lo mucho que los Padres de la Iglesia. han i dicho en elogio de la Virgen, seria intentar reali- zar un imposible. Sin embargo, no queremos dejar. de decir algo; pero en lo poco que vamos 4 traseri- — bir, encerraremos un horizonte debellezas literarias — que no tiene limites. Basta. referir lo que uno de los Padres decia en el siglo IV, y se._ comprendera, que ni los tiempos, ni los afios, han. cambiado enmmwpis: ce las creencias de la Iglesia sobre las excelencias.deee esta Seiiora; y_ se echaré. de v am rien: ane hay,@n * Spe Maria una vena de riquezas tan inn * 3 paria en su explotacion 4 todos los aabios de lafe — que viajan por la tierra, aun dado caso que el mundo. durase para siempre y el nimero de aquellos fuese infinito. Es aquel Padre San Efrén, quien llamaaJda * Virgen «Reina de todas las cosas, esperanza de los" d my ; 4 “a 4 a 5 Ad a ‘ Cant., cap. 4, v. 1. Bea e 4 ' i; ¥ ¥ e | ; :

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz