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INSTRRGÉLOR ario? ¡Oh Señores mios, venerables Sacerdotes ¿No somos nosotros los Ministros? Mas ¿qué digo) ;e É nosotros fuéramos ocasion de algun desacato en el Templo? ¿Y si nosotros atropella m nor én «el Santuario? ¡Ay de mi! ¡Que- punto tan amentable! Faltan al sentimiento las: voces para corregir tan extraño delito. No pongamos como los Filistcos la Arca del Testamento junta con el Idolo de Venus, dice: mi Seráfico” Doctor $. Bue- naventura. (2 y. es lo que hacen los malos: Sa cerdotes. No+mezclemos las cosas sagradas con la ofanas , que son ofensas monstruosas. - En el ens se: a 4 los Sacerdotes , que no se L + de lana. ¿sino de lino ; y da la razo o (hy, A $ porque lino no se ha- be ser mas que y debe Ba nifestarlo aun el trago. También Merval el ne dote en la fimbria una orla de Si pa raE Ape os los Seda 5 quan *EBRAT dae veneración” de a Fea: qué todo el zclo y predicación para reintegrarlas en la debi= da: reverencia. Sola una vez en el año entraba el Sumo Sacerdote en “el Sancta Sanctorum. Y refie- re Joscfo U): Je haber sentido Matias, Sa- (0) D. 'Mernart in Psalm. 28: num, 1. he Filo Judeus. Lib. 2. de Monarquia.- ¿) Josepho de--Antiquitate, Lib. 17. cap. 8. — —

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