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CATÓLICA. 15 PARRAFO IV. El Hombre es Viador, y por un Mar Ex puesto, As concluyamos filosoficamente: que el fin y perfecta felicidad del hombre, á que aspira, y A destinado , como las demas criaturas, no pue- de ser sino Dios, de quien tiene innata idea; Sig- natum est super nos lumen vultus tui. Y está sellado con su imágen y semejanza ; 3 Y por eso dice San Psutibs: está siempre ansioso € inquie- to Aye tro - cor: , Hasta que posea á Dios, y no enga “mas que pra Fecisti nos ad te, et enquietum est cor mostrum , donec requiescamus tn te. Cierra este discurso nuestra Madre la Iglesia £ el Simbolo de los Apústoles, con el articulo ¡La vida perdurables et_vitam venturi_se- de or lo. que nos ; desengaña el Apostol ddicien- do: que no es esta tierra el lugar de nues tra mansion , sino ur: paso para la eternidad : Non habemus hic manentem Civitatem , sed futuram inquirimus (f >). Pues ¿que le aprovechará al hom- bre (dice la Verdad Divina) ¿que le aprovechará al hombre gozar todas: las delicias y. grandezas que ofrece el mundo, si pierde la bieniventuran- Za eterna para que fut criada su alma? (o) “Pero me dircis : Y. mientras dura esta vida ¿no (f) Hebreorum cap. 17. Ez Ac E (g) Mauih, cap. 16. 4. 26, q PO UU, AA A +k

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