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ye INSTRUCCIÓN. tmcenta:, riquezas , poder y honras: y queto= do esto sea permanente. Pero quán dos an- den estos filosofos mos lo enseña la experiencia en tanta vicisitud de sucesos , que hacen incom= patible esta dicha con nuestra miseria humana, donde rr su alternativa la salud y la enfermedad; os risos y los lloros 5 los placeres y los pesares; las fortunas y las desgracias , como insinúa Salo- mon en los Proverbios (a): Risus dolore misce= bitur , et extrema gaudii luctus occupat. Luego es falsa la sentencia de los Peripatéticos. Si Se- fores ; falsa es; pues no se puede . hallar nuestra ir y bienaventuranza en las gracias de la s dis o Platon Patriarca di ¿Jos Zicade- *nicos, atento A. Pi «celencia del hombre , cuyo centro y felicidad debe ser por su racionalidad, € inteligencia, de superior carácter que el de las demas criaturas, dió in vuelo fuera de si, guia- do de su interior impulso € idea de la Deidad, y opino: que la bienaventuranza del hombre so- lo se puede hito en 'a conformidad con el En- - y Sumo Bien, Soberana sentencia, | de las hecés de la Gentilidad. De esta sentencia 4 ” dice el Padre San Agustin (2), y) Que no solo no es contra nuestra Santa Fe, si= “ño. que como a injustos poseedores de tan cier= , ta doctrina , se les debemos tomar los Católi= “os a los Academicos para nuestro uso y ense- MAnza. Mas yo entiendo , que siempre será con- E —Proverb. Cap. 14. vers. 13. (2) D.. Aug. lib, 2. de Doct, Christ. num, 6, 15) .”
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