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CATÓLICA. rér diaditcitos los as. Na es fiivolo el asunto que se trata, quando en el se estudia la suerte del hombre, la subsistencia , la seguridad, la tran- quiidad; y en una palabra, ka felicidad tempo= ral y corri ¡Q4 Dios! ¡Qué caudal de gracias desperdicia el ingrato desconacido y librel ¿Qué ciego cami- - pa, y neciamente confiado , el que despreciando la Ley se abandona 4 solo lo que ls dicta su en- tusiasmol Teme, pues, y ho presumas; teme, y espera con temor. Avivya la fe, que es la raiz del temor y la esperanza. Si como San Pedro no aprendes á. temer con las caidas, y con la mise- | sicordia que sigue á la penitencia no aciertas A C , forzosamente has de dar en uno de dos terribles abiemiia , 9 en tu necia confianza, d en triste desesperacion. IS - PARRAFO IX. Entre pa y la esperanza . ne camino cierto. Si se estudia en la yicisitud de sucesos de la | se de San Pedro, aprenderemos quánto se debe temer , y quánto se puede esperar , siguiendo el camino cierto de nuestra salvacion. Asi como los Astrónomos nos muestran, que la rotacion de esos sorbes subsiste en dos solos. , d exes ¿ips segun buena teología , consisten todos los movimientos y esencias de la naturaleza en dos atributos prin- cipales , que son la misericordia y la justicia: U- y --.

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