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“INSTRUCCION y manifestar sus quilates y fondos, resaltando mas luces quanto mas golpes. No , no hay que temer por los extraños u ruina ; los hijos de la Iglesia , que degeneran , estos la degradan , y le hacen guerra mas peligrosa. Aqui funda el sabio Gerson ( F ) la deca- “dencia de la Iglesia sobre una Profecia de Eze- quiel , digna de llorarse en nuestros tristes tiem- pos, en que parece se verifican ocho señales, con que la previene ; y no las pongo de manifiesto por las razones que advertira el sabio , si las es- tudia en su original. - | | No hay duda , que la Santa Iglesia es un Cuer- “po místico , guarnecido con la Divina Virtud , aunque no puede padecer por accidentes extraños, plexionados , guardando el equilibrio en sus hu- mores. Mas ¡ay de mi! Que son tantos los ma- les con que hoy se siente agravada, que contem- plo muy dificultoso el remedio , si Dios no po- ne su poderosa mano , para que disminuidos nues- tros excesos demos lugar á su clemencia , para apli- car la medicina : ¿Numquid resina.mon est in Ga- ¿Aut mest 3bi? ¿Quare igitur non nante de cada uno por arbitro: de las acciones, g) Jerem. cap. $. v. último. - ls) ) Gerson. tom.1. Serm. de Signis Ruin. Eccles, (2) Pauli 2,2 ad Thimoth, c. 3. Y

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