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CATÓLICA. 253 la novedad 'en nuestro tenebroso siglo, señora do” minante y soberbia en el mundo; pues la nove” dad parece quiere dirigirlo todo; adornada de una. apárente y sobrepuesta belleza, para que los be- llos Espiritus tengan donde mirar su retrato , y' el disfraz con que encubren su. malicia ; y, para que los''que ño 'transcienden la superficie admiren las. novedades bien adornadas y expuestas a la moda, cón que sean atraidos y atentos 4 sus persuasiones. seductivas : Narraverunt ea, et seduxerunt. Po - pulum in mendatium. (1) ls | Brinda tambien en un ni de oro lleno de. pon- zoña á los incautos, presentándoles. la astuta no- ¿vedad con un dulcc y cloqiiente estilo, una in- finidad de doctrinas nuevas pestilentes y contagio». sas; yá cubiertas con el oropel. de una 'aparente. reforma , que es el disfraz de todas las heregias;, ó ya disimúladas con el oro de alguna falsa con- : Meg para ue percibiendo el gus- tó eonfañas al! apetitodep vado , y deele y table al paladár, “traguen Sin séntir” el veneno , hasta que sin percibir la malignidad del tósigo queden em- briagados. Constituidos los: miserables cn este es- tado se? adormiece' en' sá espiritu la piedad, la fe, y “todó sentimiento de' virtud , subrogando- en el ánimo uña costimbre, diiya malicia apenas la ad- vierta. De estos, dice el Gran Padre San Agus- tin en su Enquiridion (m) : ¿Los pecados , por gra- ¿ves y horrendos que sean , quando se llegan a hacer costumbre , O se tienen pa pequeños , O. (0) Jeremiz cap. 13. (m) D. August, Enchirid. de Gde , spe, et A cap. 80*

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