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"e ¿: CATÓLICA. . 245. “Pero demos A los indigentes de las ventajas ue los industriosos para igualarlos cada año. ¿Que absur- dos no se siguirian de la práctica de este proyec- to? ¿No seria un intento tan extravagante como imposible? ¿Quién no considera la confusion, la injusticia , y la turbacion de todos los interesados? Y las resultas , aun quando fuese practicable este proyecto ,. ¿quáles serian? Claro está , que no sien- do grata la fatiga , ni delicioso el trabajo , á que destino Dios «1 hombre en castigo de su delito: ln sudore oultus tui vesceris pane, no se halla- ria quién se fatigára , para los que sacaban la mis- ma parte llevando una vida ociosa. Licurgo , que fue quien dio las Leyes 4 los Espartanos y Lacedemonios , pretendió establecer esta igualdad en sus Pueblos, A este efecto orde- no , que los Ciudadanos comieran juntos á socie- dades, 9 juntas, de muchos. Dispuso , que en las. juntas hablasen poco , y con utilidad , con pa- labras enfáticasy. compendiosas ; pero que los que las oian pudiesen penetrar luego los conceptos; atendiendo á que esta locucion era mas homogé- nea al genio de aquellos Pueblos , y que hasta en esto fuesen iguales. De «qui tomo este estilo ceñido y proverbial cl nombre de Laconismo , €s- to es, estilo. de los de Lacio , y fué adoptado de muchas naciones, especialmente de los Sabinos, Romanos y Españoles , los quales son mas aná= logos en la prontitud y vivacidad en la penetra- cion para explicar, entender y penttrar los cof- ceptos; pues naturalmente se explican con rapi- dez, y gustan que se les hable en el mismo es-