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244: INSTRUCCION si para los primeros ticae ojos la lástima, para los, segundos tiene desprecios el concepto de los que, los miran; y lo que buscaron *para honra lo lo- ráron para afrenta ,. notándoles en aquella altura lo. que tal vez no verian sino sobresalieram.. Las dignidades deben seguir, a Jas virtudes5 y los obsequios que se tributan á los virtuosos dis= tinguidos , son los efectos de la verdadera estima- cion; porque á esta solo le arrastra el mérito vir- tuoso. De aqui es, que los obsequios que se ha- cen á los dignificados , gue carecen de virtud y mérito, solo se dirigen á la diguidad (que siem- pre es respetable); mas no 4 la Persona. Con esa to ¿los que tributan el respeto y homennage, guar- dan justicia, no dandoles cosa alguna á los dig-" “nificados inméritos. Ási se suprime el desórden de la distribucion injusta , y se. desvanece la confu- sion en el orden gerárquico , que debe hermosear la República; dorando los buznos Ciudadanos pa- ya la paz los yerros forzosos de los que gobiernan, porque son hombres. Ni ménos es inasequible la igualdad de los hom- “bres en intereses. Aunque se establezca la Ley A- graria se veria en breve la ' industria y aplicacion de unos superar á la negligencia de los otros, ¿quedando muy desiguales en las utilidades. Pués ¿que diremos del Comercio? ¿Qué de las manu- Y facturas? ¿Qué de tantos otros arbitrios y fortú= has , con que cada dia experimentamos que se des- parecen las suertes de los hombres? Seria ocioso espaciar la pluma en un asunto á todo el mundo taa manifisato. e

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