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- : e *i “o e A O A V CATÓLICA. 221 ellas para li en su gloria ¿ y poniéndose indiferentes para recibir con igual semblante los trabajos ; aunque siempre son mas treqlientes en los justos los contratiempos. La segunda razon es, porque á los buenos quie- re Dios Nuestro Scñbr apartarlos de las ri- quezas y bienes temporales, donde están los pe- ligros. Están los hombres felices, prosperos y ri- cos , y vereis que se olvidan de los bienes eter- nos, y se hacen malos. De los mismos bienes, que les dispensa la piedad divina hacen armas para irritar su Diyina Justicia; y por eso se queja de que le hacen servir 4 sus pecados: Servire me fe- cistis pecc lis vestris. Está la tierra, dice Oseas, Mena de oro, de plata, de aceytey trigo, y loe go se llena de idolos. ¿Quien no vid al primer hombre tan inocente? Pero apénas «se vid en el Solio: llego á perder: el: entendimiento : Cum a | in honore esset non intellexit. ++ Otra razon de las- ¿que alcanza nuestra sortea: es: el que Dios quiere qué merezcan los justos pa= ra llenarlos de premios ; los pone en-las peleas para darles lá corona. Yo he peleado contra todas Jas tentaciones y trabajos 5 yo acabe mi carrera. Asi se explica el Apóstol. Pero en medio 'de tan: ta tribulacion ya.no faltéa la fe: Cursum constima- vi , fidem. servavi. Con que ahora me resta la corona , queme ha de. dar Dios de justicia, Po- dos los dias que aquí milito , decia Job, estoy es- perando, que mis trabajos se han de acaba. Ultimamente (por no extenderme ir.finito) por este medio quiere el Señor cerciorarnos en la fo,