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hm a PP. = L a .— > v mb »- , » su + % . A mn e y sy A A Ys he qué? ¿No te 1 220 ' INSTRUCCION que en la prosperidad somos remisOs, y no se'rex en las faltas ; y: si tenemos trabajos ; luego acudimos á Dios implorando su miscrico < Por este mismo medio de los trabajos suele llamar tam= bien el Señor. 4 los malos , para que vuelvan: en sí, y se conviertan a Dios. Buen egemplar tenemos en el Capitan Joab, y su Principe Absalon. Llamo este á Jozb , no queria venir. ¿No? dice Absalon. Pues id es go, y dad fuego: á las mieses de Joab. Apénas vio Joab el incendio se fué sin tardanza á la pre- sencia de Absalon. Señor , le dice, aquí estoy, ¿Qué es lo que me mandais? ¿Porqué habeis man- dado incendiarme las: mieses: de mis campos ¿¿Por= | > Pues. porque: no veniste te he incendiado las mieses para hacerte. obedecer. ¡Oh Dios! ¡Y quántas veces llamais á los. > inspiraciones , con egemplares, desengaños y vo» ces de tus Ministros! Y porque no responden los executa vuestra misericordia con trabajos , enferme» dades y tribulaciones. Donde se ve , que los tra- bajos que Dios nos envia tienen diversos respetos en la misericordia. divina 3 y. que. las adversidades no, están. | 4 A para los justos; ni las prosperidades son Ay oradO: cierto de los malos. A. muchas almas buenas les ha dado el. Señor prosperidades en esta vida. Tambien 4:muchos ma- los los ha llenado de desdichas, de que podia trace muchos egem plares. Y. en. tal caso las felicidades en los justos los humillaba y hacia temblar , y adoraban la mano del Gran Dios, valiéndose de A if 3 » pa Had = YM A ass O os + ts. a A

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