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216 - INSTRUCCION ta diferencia , que amándose Dios, ama esencial. mente el orden y justicia ; porque es orden El mis- mo. Pero la criatura puede amarse , sin amar el órden , aunque propenda á amarlo. De aquí es, ue todo espiritu criado es falible; y querer que Dios no hubiese hecho inteligencias falibles , es querer , que los hubiera hecho Dioses. Dios hace todo lo que quiere en el Cielo y en la tierra, + dominio y su libertad son inseparables. El gus- , la libertad y el amor , no se fuerzan. Dios > quiere emplear su poder absoluto para destruir la naturaleza, que crio libre. Si lo hiciese ,no 0= brarian los hombres por eleccion , sino necesita- dos 5 no tendrian mérito ¿ obedecerian , pero no amarian. Dios quiere ser amado... y éste es solo el culto que soe pida, Quiere que las criaturas sean dichosas , y que ellas contribuyan A su felicidad. Que sean dichosas por amor , y por amor de pura eleccion. A este efecto nos puso el primer Precepto la caridad , porque al que ama todo se le hace suave y delicioso: Amanti omnia dulcia, Dios no podia privar los espiritus de la libertad, sin privarlos de inteligencia; ni hacerlos infalibles, sin 5. Estemos entendidos, que, como di- ce S. Agustin; la nocion de la Ley eterna , que está impresa en. nosotros , es lo justo , para que todas las cosas vayan ordenadas , queriendo Dios que to- do se dirija a su objeto y fin, y que no tuerza su direccion á donde no tiene señalado su desti- no; Ut igitur eterna Legis notionem , que impres- sa nobis est, quantum valeo ,, vobis explicem y (4

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