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apriesa se difunden entre los hombres , que lla man de mundo ; mas no importa que se mul- tipliquen los auxilios , quando son tantos los ries- gos. El exceso mismo de los abusos clama por los medios de reformarlos , y. no: encuentro hu. manamente otro medio oportuno , sino el desen- gaño , dando á conocer la verdad de varios mo- dos , para que choque la incredulidad en o de ellos. Si callamos los que Actieaicn hablar quando ello gritan , tendrán por sospechosa muestra doctrina, como dixo San Celestino Papa a los Obispos de Erancia: Non caret suspitione tacitarnitas y quia occurreret veritas , si falsitas displiceret. Todos los que gozan el glorioso titulo de Fieles son llama- dos con particular a á creer las verdades que Nuestra Madre la Igles sia nos enseña; pero no to- dos están instruidos, ni aun hacen aprecio de tan sublime vocacion. Otros, -por.mal educados , se hallan preocupados: de extraños dogmas , que les imbuyen los impios. Pues ¿qué debemos hacer no- sotros , sino desengañarlos € instruirlos quanto al- _ cancen nuestras facultades ¿pues , segun Mala- li ka), de nuestra boca inquirirán la Ley, co- > Depositarios dela Doctrina? Pues éste s, Le- tor mio, el escopo de los discursos agregados a este Sermon. Si tienes la bondad de leerlo, en el hallarás manifiesta mi intencion y ánimo sincero y que no solo me indemniza de qualquiera critica censura, sino tambien fuerza tu discrecion al di- simulo de quanto en el halles defectuoso, (a) Malachia cap, A. v. 7

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