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214 INSTRUCCION llego á ser Atlante del Pucblo , y 4 sujetar ¿ Fa. . raon con la yara de los prodigios. Y desengañe- monos , que todos los dias , sino cerramos los ojos, experimentamos los sabios rumbos de la Providen» cia Divina. Todo quanto se susurra en el mundo de la Cau- sa Soberana que lo gobierna , nace de tanta varie- dad confusa de sucesos : y que siendo Dios tan bue- no, justo y sabio, permite tantas calamidades , y al parecer tantos desconciertos y desordenes en las cosas. Pero si bien lo miramos, ese mismo orden de desordenes y desconciertos, que notamos cada , Nos estáEgicendo la Divina Providencia; Por n elico. Santo Tomás (s): Que ja: ) las cosas criadas, sino hu- biesedo orden en esta misma bondad. Sino hu- biera Tiranos no habria Mártires. Sino hubiera In- fidelidad no se probaria la seguridad y certeza de | nuestra fe. Si todos fueran ricos ninguno tendria conveniencias, ¿De que sabemos , que el mal es mal, sino porque conocemos su contrario ,--que es el bien? ¿De qué conocemos la enfermedad, sino porque mos la salud? Y asi , es menester saber que orden en una cosa 7para conocer la ley y ca lidad de la otra; y esta Ley y órden nos dicen, que hay Providencia ; y por eso dice el Apostol, que al pecado no lo conoció sino por la Ley: Peccatum non cognovi misi per Legem. Nos parece que hay en, la Naturaleza cosas ¡dde tiles y despreciables, que para nada siryen, Esto (s) D. Thomas contra gentes lib. 3. cap. 71

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