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CATÓLICA. 109 PARRAFO lV. De la Providencia de: Dios. en la prospiridad: de los malos y trabajos de los Justos. | No es extraño , que unos ao eebls , sin las luces con que auxília la Religion, ni pueden pe- netrar los caminos ocultos de la sabiduria; formen vicios tan errados y. perversos , como extraños de k Providencia, viendo prevalecer á los impios so=- bre los Justos, como dice Habacuc (£): Quia im- pius prevalet. adversus Justuns, propterea egredi- tur Juaitium Peroersum. Mas ¿quien no se arma- rá de zelo á vista de tanta blasfemia? Preguntad á esos necios Epicúreos , OY Materialistas: ¿Quién, ¿quien gobierna esa armoniosa máquina de las esfe- ras? ¿Quien la variedad confusa de esta: República. humana? ¿Que Numen pudo concertar tan vario hermoso desórden? Venga el entendimiento mas temerario, y no podrá negar, que hay algun Nu- men Soberano , Causa y Principio universal de to- do lo criado. Ahora bien: Si existe ese Numen Soberano , y que por serlo asi , ha de lograr la eminencia en el poder , en la sabiduria, en la gran- deza, en el dominio , ¿será descredito de una Dei- dad tan superior el atender al gobierno y direc- cion del Universo? Por ventura, dice Job (A) : ¿no. conociste , Señor , el Orden de 16 Cielos, y po- nes el mismo cuidado en la tierra? Los Cielosy (y) Habacuc cap. 1. vs. 4» | (hb) Job, cap. 30, - += “- E dd

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