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él, obró el Omnipoténté tan inefables mas ravillas , por donde principalmente se co- noce su preciosidad; pues nadie es mas ni ménos de lo que es, y se estima en los: divinos, ojos..Y. siendo esto así: ¿CÓs mo será posible, que —postergando. tan- tos respetos te abatas á tan torpe insen- sibidad letárgica 5 Ó por mejor decir, á tan formidable demencia , que abando- nes una prenda tan preciosa como tu al» ma tan estimada de el Criador , por qual. quiera otro deleyte, ó interes? ¡Espanto- sa ingrat ud, despreciar 4á Dios, y Sus sacrbler senefice | | | «y aba- tir tu propia dignidad , , excelencia é idal- guía! ¡Borrar con el ollin del «vicio la decisoriá de hijo adoptivo de Dios , has- ta ser desconocido por heredero de la felicidad eterna! ¡Oh! ¡No permita Dios que depene- ? res “de una prosapia tan generosa! Debe - el hombre convenir en sus procederes como retrato de Dios, con el original, dice San Bernardo. (a): Videbis opporte- re id quod ad imaginem est , cum ima- gine convenire, et non in vacum nomen ma: (a) D, Bernard. Lib. meditat. cap. 1.
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