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y .- mm rs ' f Pm — A y pr A Pt cc o 3 p a. 2. ar A n _CÓÑ0ÓÑQÁa<aa , » . , 11.8 'Í 136. INSTRUCCION y murmuración de los próximos. Para uh- rato que asistió al Templo ocupase las tardes en cor= tejos , saraos , teatros y bayles. Si por un. quarto- que da de limosna al necesitado no reparase n gas- tar muchos caudales en un trage, sosteniendo es- te luxo , ó exceso profano , con perjuicio de su honestidad y de su familia. Y aunque esto no sea, mirad si en el interior se abriga algun vicio d pe- cado; pues eso basta para hacerse reo de toda la Ley , y turbar toda la musica y armonia del al- ma: Qui ofendit in uno, factus est omnium reus. El medio para acordar las cuerdas de tan. miste- rioso salterio es el reconocimiento y penitencia. , por: donde la: destemplada conducta del Apóstol San q. og a hacer una celestial armonia. PARRAFO TX, PR - Del amor de San Pedro a su Maestro. ¡An ¡Qué motiyos de consuelo no halla una alma fiel en los dulces abrazos de su Dios! ¡Qué ¿poco pis he de las máximas del mundo y sus vanidades! ¡Oh Dios mio! Quanto una alma está enimbrida de vuestra bondad , tanto siente vuestra ausencia , y llora vuestros agravios 5 sin hacer caso de los cuidados del mundo. Por eso dixo un Filosofo: Que el pulso de la pena es el amor : Pulsus doloris amor. Y asi como para co= nocer un Médico la actividad de una fiebre, 9 enfermedad , que late en el interior ,.y apénas es «perceptible su causa ¡por pequeña : Entita morbis