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y Es A CATÓLICA. 127 PARRAFO VIZ. La Penitencia de San Pedro. VA en si San Pedro con la consideracion, como el hijo pródigo : ln se reversms , se llenó de asombro y espanto viéndose tal, como le su= cedió 4 San Agustin : Videbam et 'herrebam. Y ved aqui los primeros pasos de una verdadera con- version y penitencia. Entró dentro de si mismo, y salió de la Casa del Pontifice , donde experi- mento los e Ya'era otro San Pedro. Ya en un, Páramo ,.ó retraimiento, desahoga las an= gustias « e su alma. Alli llamaba A juicio su con- Sn Considera en su- interior los inestimables beneficios y finezas que habia recibido de su Di- vino Maestro; y desde aquí baxaba al abismo de su mala correspondencia, poniendo a su conside= dos lienzos: uno , en que se di. buxaban los mas indecibles y magnilicos favores 5 y otro , en que se delineaban como lúgubres som- bras sus ingratitudes ¿; y este cotejo penetraba de amor y dolor el espiritu aun mismo tiempo. ¡Oh que hoguera de amor_ le abrasaba! ¡Que fuego de contricion le comprimia! Y luchando en su cora= zon las dos pasiones; d fomentándose reciproca- mente .entrámbos fuegos , rompia en torrentes de lágrimas y gemidos ¿ porque no. tenia 'otro des: ahogo su inflamado espiritu , hasta postrarlo en el mas profundo deliquio el sentimiento. ¿Y qui podrá > los efectos. prodigios: de csta tris- rl lO NN e

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