BCCPAM000541-2-21000000000000

126 INSTRUCCIÓN Estudiemos ahora (dice San Agustin) lo que es el hombre sin:la gracia de Dios, lo que Pedro dexado á sí ; y lo que es el hombre auxiliado de Dios;- mi que fué San Pedro exáltado4 la ma- yor santidad. Negó San Pedro la primera vez 4 su Maestro (dice San Ambrosio); pero no lloro, porque no le miro el Señor. Nego la segunda, y no lloro , porque tampoco le miro. Pero á la tercera negacion que le miro , lo penetró aquella amorosa vista, y lo iolvió en un torrente de lagrimas. Le dispard por aquellos hermosisimos ojos mil rayos de luz y de fuego , con que iluminó Aquel entenebrecido entendimiento, y encendió.en cor: zon una voraz «hoguera del “amor divino. | s ojos! ¡Oh prodigios de la divi- na beneficencia!” Quando el Señor estaba mas ahe- rojado y oprimido en aquel impio Tribunal , no se“ olvida de la fragilidad de'su Discipulo, y amo- rosamente se vuelve á mirarlo. ¡Oh Pedro! Excla= ma San Bernardo. ¡Oh Pedro! Aquellos ojos fue- ron tu remedio. Áspectus ejus , profectus tuns, ¡Que posteo! Jas mirada obra la metamorfo- nitente santo. De un ingrato un enamorado fide- lisimo, De y un FABlo en la fe un público Confe- sor. De un cobarde y temeroso un generoso Mar- tir , que supo hacer ayrosa frente al ceño de los Judios: al terror de los Tiranos , yá toda la la» fidelidad armada de tormentos, |

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz