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NAPÓLICA. 107 Diós', y"exercicio de las virtudes. Vimos , dice San Agustin , caer las estrellas ' del Cielo ; ya los que hacian sa habitacion entre los Angeles los vimos pot su presunción: ¿PECIPICANE: a los mayo- res. desordenes. + 090 “Tambien estos Espteicás , y elevadas Inteligen- das , estaban destinadas para Mide” del Señor er su Palacio de la: Gloria. A este fin los ador=" mode" las más ricas prendas de libertady gracia, - qué los hiciese dignos Aulicos; pero Lucifer, apro, cil: tan ricos dones , engreido de si, quiso' competir con Dios, y 'colocár sobre. los astros del o. su Trono. or Bs e li én fatal de to- escandalos y qee Angeles , y tam- YC elós hombres “por inducción de los rebel- des. Por eso San Migaal, Principe ribal de Lu- cifer , tomo la: causa de Dios por su cuenta , de- fendiendo” sis derechos y. justicia ; y armado” de humildad, , publicando, e toda la bondad , po- : | Ma y gra era de Dn 2 Ss ue Deus? Como Capitan General de los Exércitos Reales del Altisimo puso en el Cielo entredicho con un grandisimo silencio: Factum est sitentiimd magnum in Coalo. Mientras despojo de las inves- tiduras de gracia y gloria, y demas dotes, á to- dos Jos rebeldes; y los arrojo de la posesion en que el Señor liberalmente Jos habia colocado. El incomparable Tomás Kempis (De Imit. Crist, lib. g. cap. 6.) nos exhorta A «escármentar-én tán tristes egemplares de los que presumitron de si: - heciamente; pues son muchisimos los que por es- te principio cayeron en errores y en ceguedad ca-