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- me: dic Ma > an e : : . ho 210 de A e > ho a ia se ds y Mi e . rn - - . nm un > MEA III: NAC A RT bt id . . e oa so : " 0. . ee ordl e .. A a a se pra AN pk e ” a - as > «go . o a, dy e.” de > - Jo + Von .. E A A ii sal af Din pa , . PA P ú y » , E A d a E o. a: a m9." Qe » 4 . > at .'.. » 2 to y a p £ 0 Ñ 4 A ho E » ai a os EP AA se as "ml o É id y - a 0 » a 5 ob > as *; e . : . Xx ds a 104 INSTRUCCION Mas decidme oyentes mios : Y si la conversion de qualquiera pecador es obra tan portentosa , ¿qué será la de Sam Pedro , en que la caida. fué tan extremada? De amigo intimo de Dios, llamado, escogido y privilegiado entre el resto de los hom- bres , se precipitó ingrato 4 la mas indigna nc gacion de aquel, que él mismo reconocia por to- do su Bien. Cayó de la. mayor altura y privan= za á la mas profunda miseria. ¿Y cómo ho se ha- bia de acreditar indeciblemente mas prodigiosa y eficaz la gracia en esta conversion , que en la de los: demas pecadores , quando distaban mas los dos extremos? Se convirtio. la Magdalena , Dimas, S. Agus- dan, y otros muchos lores .se convirtiéron, obras admirables de 2 divina piedad : pero no habian caido de tan alta esfera, porque no habian sido tan favorecidos. Verificada se vió la máxima de Séneca: Que ningun sitio está mas cerca de lo mas profundo, que lo mas alto, y cada gra- do de descenso va tomando mas fuerza pora des Die mas qe pia. ad ib - Daños de la: Presuncion. ¡O» Católicos! ¡Con qué temor, vigilancia y liumildad , debe vivir el que recibio del Señor do- nes espirituales , sabiendo , como dice el Apóstol San Pablo, que se depositan estos tesoros en -va- 50s frágiles y tan expuestos! ¡Qué marayillas! ¡Qué nd NOS

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