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A mp NuesTrA SEÑORA DE La ÁAGonIA. 89 «concebida con viveza la oportuna efperanza , os reco= breis del fufto. Aquella peregrina Muger , á quien vió Dios antes de los liglos en las fecretas idtas de lu clari- fimo entendimiento , con tanta hermofura , con tanta perfeccion , con tanta gracia, que la hizo digna, y la eli- gió para Madre fuya; enlazando, llegado el tiempo def- tinado del foberano acuerdo del Altifimo, el gozo incom- parable de Madre, con el honor inmaculado de Virgen. Aquella , que libre del contagiofo veneno del pecado, aun fiendo delcendiente del linage infetto de Adan, tu- bo derechos de fer exempta del tributo univeríal de la muerte 3 porque la inmortalidad la reconocia Dueñ mas fin.embargo, inclinó el cuello al filo de lu guada «perimentar el golpe de fu ira en heroyca cion de fu Hijo. Aquella , que e ero el más diftin- guido trono de mageltad en el auguíto imperio de la Glo=- ria, como fuprema entre todas las puras criaturas , fien- do honrada del Eterno Padre , reverenciada del Divino Hijo, amada del Efpiricu Santo , adorada de los Ange- les, lervida de los Serafines , obedecida de toda la natu- raleza humana lu Mageltuola grandeza en favor de los mortales , haciendofe abogada de los hombres. -Elta,. eíta es, Señores: Maria es, la que al torrente de los pecados, que conturba la memoria, el entendimiento, la voluntad ; el Alma en el lance de la agonia , opone un irreliftible diluvio de gracias. Maria es , la que al defor- denado ejercito de las pafadas maldades , le lale al en-: