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"”*¿ TAS hermola. comunican de la laz de la arar Di- Vina. ARS É Mil Ved cl unicoismodo. de ler. Porroen la pre- de Dios, fer lantos, fer hijos fnyos, y tenér aque- Ma excelencia, que dá la faritidad. No aquella, que ado- ya en profano culto la lilongera dependencia de los hom- bres en cotejo de otros: no aquella, á quien da politicas veneraciones una humildad forzada, por la altura de los empleos: no aquella, que logra fobrefalir en lucido bul- to al telplandor del oro, y de la plata; fino' AS , que como nacida de la apreciable adopcion de la Divinidad, es grandeza de un nacimiento divimo, porque declarad los hombres hijos de Dios. Grandeza , que folo fe fun= da en famofos Abuelos, en luftrofos apellidos , en tittt= los de nombre , por no llevar en compañia de las paía- das hazañas virtudes propias; es un pelo de deshonra, > ..s qual miralos hered cdados tymbr ón, con cngurdo Dacirfiento, es olores prerrogativaj peros o fe be tambien, e miíma obliga dla produccion de las acciones virtuoÍas , po > delante de Dios , fola la fantidad es grandeza. Por elo queriendo Dios, que fue= le grande Juan, lo hizo Santo; y porque nació con la lantidad, ya fae grande en fu miímo nacimiento. Ved aqui con la vilta perfpicaz de la Fé , cómo nace el Divino Verbo en el intimo feno de fu Padre confe= fais todos , que aquel nacimiento cterno es el más noble, el más diftinguido, el mas iloftre. Ninguno puede com 1 - pararíe con €l: ni el otro nacimiento, que tuvo en tiem= ] laliendo con habito. de Hombre del intaáto: calamo de na Virgen , puede competirle en la grandeza; id que J. afrenta , aun en los ojos del milmo Mun