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pe San EFLIPE , Y San-Tiaco. TOS todas las altas cumbres de los montes, tiemblan los tron- cos del campo, le comueven los edificios, y le cfpantan los vivientes ; afi a la vehemencia del ole? orito de San-Tiago, queda alombrado el Judaiímo; pero que mu- cho ! fi en cada argumento fuyo fónaba aquella voz po- derola , con que Dios , legun refiere David , conturbaba los cclóns del Libano en conculion cebrivle: , y confter- naba el delierto de Cadés; y á la profunda imprelion del oderofo alunto, le vió la dureza del hierro convertida en la blandura de ] oro; y transformada la rebeldia en fi= delidad , logra, que el miímo terreno, en que fe hizo fuerte el amargo terror de la Ley antigua , firviele con= quiftada paleltra, donde , cn 2073 pares. iunfafen las . Ved aquí, , bien que coftnsth as, ea dos valientes Adalides del Reyno de lírati, David, y" Saul; ved cómo vence á mil contrarios la lanza de Saul, ¿bmo caca diez mil enemigos penetrantemente heridos de la honda, y elpada de David; quando San-Tiago he- cha a tierra el Gigante feroz del Judaiímo ; y San Felipe deguella al monítruo montaráz, y fañudo de la Gentili- dad ; y fi allá gritaron las hijas de Jerufalén , con exceli- vo gozo , los grandes triunfos de aquellos dós alentados. Heroes con más razon canta con ruidoía folemnidad ef a las importantes, fobrefalientes vidtorias de nuef - tros dos elclarecidos Apoftoles. . -* -- EA - Y qué , no fe oftenta oy efpecialmente gloriofo el Redentor del Mundo , viendo atun lado de fu au gufto: | trono mucha vencida Gónoilidad al ardor de San rel pés. y poftrado:al otro mucho Jadálíimo al valor de San Ti go: Ya lo vió David Meno de gloria, heridos. mil p rilo- neros á fu quierda , y diez. mil a lus erechaof- > los.pes eriuntos » e habian de —