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72 de Sales, uno entre diez mil. Este es muy buen con- sejo para las personas que viven en puntos donde hay mucho clero 6 muchos religiosos; que «las que viven lejos de esos centros, no tienen tanta facilidad para escoger. Contodo yo aconsejo á estas almas, que pidan á Dioscon muchas instancias un buen director y no duden que Dios se lo dará, aunque fuere preciso enviarlas un angel del cielo, y lo afirmo así, porque he visto en cuanto á esto cosas maravillosas. Lo dicho anteriormente exige queen punto de tanta importancia no obremos. con precipitación: más vale dilatar la elección que le precipitada- mente 6 por motivos humanos. Esta elección es una de las cosas más serias de la vida espiritual y, al hacerla, debemos apartar de nosotros todos los móviles Puramente naturales. Se ha dado y se dan muchos casos en que Dios da á conocer á un alma el director que le ha destinado, y fundados en ellos nosdan los Santos ciertas señales para conocer cuál sea en estos casos la voluntad de Dios. A veces siente el alma un atractivo indefinible que le mueve á poner toda su cofianza en un siervo de Dios, formándose entre los dos cierta comunica- ción y unión de gracias.Otras veces es un sentimiento de respeto mezclado de obediencia y docilidad, que nós hace ver á Dios en la dirección de aquel padre. Otras es un deseo ardiente de santificarse, una im- presión de amor divino que experimenta el alma, cuando el director le habla de cosas espirituales. En ocasiones es una paz que se apodera del alma, cuando él la exhorta, disipa sus escrúpulos, Ó resuelve sus dudas. Ya, en fin,es una alegría espiritual que nos produce su conversación ó su presencia, pero alegría que está muy lejos de ser un afecto natural ó perso- nal hacia él. Todos estos son indicios de que el tal director nos conviene: sin embargo, yo te: aconsejo que, á pesar de ver en tí estas señales, no te decidas á elegir, sino después de haberlo consultado con Dios
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