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58 queel mundo pt rede tendernos. No trato aquí de un rato de expansión con tus amigas, ni de otros recreos inocentes, que estos son muy convenientes hasta en la vida religiosa, y no hallarás religión bien monta- da que no po scriba sus ratos de recreo; se trata, pues, de los espectáculos profanos, teatros, bailes, saraos, conciertos y otros placeres y diversiones no menos peligrosas; y de estas te digo que las detestes con todo tu*corazón, que las abomines, que las despre- cies, que nunca vayas á ellas por ningún motivo, pues una triste experiencia enseña, que el alma siempre sale de allí menos buena de lo que entró. Repito que huyas de tales diversiones, "que no te quiero engañar, que ellas son un canto de sirena que adormece el alma, un mar en que todo el que entra peligra, un veneno azucarado que deleitando da la muerte. Acuérdate si no de Salomón. A este rey po- derosísimo peranitió Dios gozar de todos los bienes, diversiones y pasatiempos del mundo, para que des- pués de prob ados diese testimonio en las Santas Escrituras de lo que ellos son; y el testimonio que dió fué este: «Vanidad de vanidades y aflicción de espíritu son cuantos placeres hay debajo del cielo.» Pues si este hombre que navegó por ese mar proce- loso con mayor prosperidad que nadie, tales tierras descubrió, ¿qué esperas descubrir tú, no teniendo su sabiduría ni su virtud? Y si á pesar de su sabiduría, de su virtud, y de la prosperidad con que navegaba, naufragó miserablemente, y no sabemos si se salvó, ¿qué te pasaría á tí,si con temeridad culpable te lanzaras 4.ese golfo? Perecerías en él, no lo dudes; y por eso te aconsejo la fuga. Huye de las diversiones y de las galas, que todo anda junto. Deintento he nombrado las gálas, para hablarte aquí de ellas, pues el usarlas y el las es uno de los escollos en que suele estrellarse la devoción de las mujeres. Para que conozcas toda la insensatez y locura que encigrran en sí las galas, quiero que te