BCCPAM000540-5-09000000000000
2): Ie será menester para llevar, no una vida honesta, sinó perfecta? Y si, según el texto sagrado, la vida del hombre, la yidaordinaria y mediana+del cristiano es una lucha, ¿que será la vida perfecta, sino una guerra viva y sin treguas? Así, pues, á la pregunta en qué debo yo hacer consistir mi perfección actualmente, doy la siguiente respuesta: En luchar contigo misma, en vencer tus malas inclinaciones, en negar th propia voluntad y en cumplif al pie de la letra este consejo de Jesucristo: «Niégate á tí mismo, toma tu Cruz, y sígueme.» He aquí en lo que debes hacerte consistir tu per- fección; en la muerte del amor propio y en la renun- cia de la propia voluntad; no porque en eso consista esencialmente, sino porque en el presente estado, el amorde Dios yel amorpropio están en relación opues- ta, como la luz y las tinieblas, el día y la noche; y así como al paso que la noche se aleja viene ekdía, y á medida que las tinieblas huyen, se llena el mundo de luz; asimismo, 4 medida que vaya saliendo de tu corazón el amor propio, irá entrando el de Dios; y al paso que vayas negando la propia voluntad, te conformarás con la divina, hasta adquirir la unión amorosa en que consiste esencialmente la perfección cristiana. La empresa es ardua, difícil y capaz de arre- drar al más valiente; por lo cual no estará demás ha- cer aquí algunas reflexiones que te animen á pelear varonilmente las batallas del Señor. Hablando Jesucristo en su Evangelio, dijo de sí mismo que no había venido al mundo 4 cumplir su voluntad, sino la del Padre que le envió. Esta era que presentase batalla, derrotara y venciera al Demonio, antiguo príncipe de este mundo, del cual se había apoderado por astucia, haciendo pecar á nuestros pri- meros padres. Jesucrito cumplió la voluntad del Pa- drederrotando y venciendo á su implacable enemigo, victoria que le costó la vida, lo cual hizo para nues- tra enseñanza y ejemplo, como lo dijo el mismo Señor
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz