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cielo y la tierra, un corazón que sólo se satisface con lo infinito: y esta inteligencia y éste corazón le elevan sobre todos los seres de la Creación y le aproximan y asemejan á aquella inteligencia infini- ta que hablando con su Verbo eterno y con su Amor inmutable, dijo: Hagamos al hombreá nuestra imagen y semejanza. De manera que en el orden natural, los seres racionales son los más perfectos, porque son los que más se acercan y asemejan á Dios. Lo mismo debe pasar en el orden sobrenatural: mientras más se ase- meje el alma á Dios en su modo de obrar, y más se acerque y una á El mediante el ejercicio delas nobles facultades que el mismo Dios le ha concedido, más perfecta será. Y aquí que parecía la cuestión terminada en cierto modo, surgeuna nueva dificultad.Siendo varias las fa- cultades del hombre, y por consiguiente varios los mo- dos con que puede unirse á Dios, ¿con qué potencia, ó dequé modo debe verificarse esta unión? No cabe duda queel entendimientoatrae hacia sí y se une de un modo admirable con la cosa conocida, y que la voluntad se une también de una manera incomprensible con el objeto amado. Ahora, pues, ¿en cuál de estas clases de unión consiste la perfección que se busca, la perfec- ción cristiana? Si consistiera en la unión del entendi- miento, con Dios, ningún sabio, ningún hombre que tuviera de Dios un alto conocimiento, podría ser im- perfecto; y la experiencia enseña que hay sabios y teólogos eminentes que no sólo son imperfectos, -sino que son profundamente inmorales, hombres perver- tidos y alejados de Dios: luego la perfección no con- siste en saber mucho un alma acerca de las perfec- ciones divinas, ni en estar unida con Dios, sólo por medio del entendimiento. Al contrario, tenemos una multitud de Santos, rudos 6 idiotas, y sin embargo, grandemente perfectos, porque estaban unidos á Dios por medio del amor, por medio de la voluntad. Luexo la unión de ésta con Dios por amor, constituye la