BCCPAM000540-5-09000000000000
XXVI] El año nuevo. ¡Cómo se pasa el tiempo! Es hora de ensarlo bien. Somos negociantes del cielo, y al fin del año conviene ajustar cuentas. El 3 factor de ellas es el tiempo. Pasa él como de una corriente presurosa. La pérdida « es una pérdida absolutamente parable. lenguaje de los mundanos. El tie np faltar, Sin él no podemos nada, y con el canzar lo que no pueden los condenad fierno, ni las almas en el purgatorio, ni aventurados en el cielo. El buen ex alegra el corazón y el malo le atormenta. lo entre dos almas..Una cosa que nadie nos ] quitar. Modo de comenzar bien el año nueyo XXVI ¡Viajeros al tren! y el tren no marcha; ¿ ne? Un muy secreto impedimento. Á nosotr falta algo concreto que se observa en. 1 todos los Santos. Un sentimiento filial ¡ nacido dela íntima y clara idea de la paternidad divina. Cuán verdaderamente es Dios nuestro Pa- dre. Pocos le sirven con amor de hijos, muchos por interés propio, como el mercenario, y muchísimos por temor. De donde nace esta variedad en el mo- do de servirle. Cuánto nos conviene servir á Dios del primer modo. Bienes incalculables que trae al alma. Padre nuestro que estás en los cielos! Excla- maciones. Removamos el obstáculo y el tren mar chará. “imer 14s o VETA Nuestras relaciones con Dios son ó deben ser las de un hijo con el mejonde los padres. Hay otro im- edimento oculto que nos detiene en el camino de h virtud. La falta de amor y devoción á la Sa- cratísima Humanidad de Cristo. Con esa falta no hay adelanto posible. La esencia de la vida cris- tiana es amor á Jesucristo. Es poco amado, porque es poco conocido. La unión hipostática ó el Hom- bre de Dios. Lo que es para nosotros. Cómo hemos de amarlo. Amor afectivo y amor imitativo, Este último transforma á las almas en Cristo. Lómo y 4 Ñ dónde se obran esos misterios de amor. Cristo es al- 181 189
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz