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3595 fñiarte la manera de descubrirla y combatirla, á fin de no tener que llorar algún día sus funestos resultados. Nuestras relaciones con el mundo y nuestro trato con la sociedad en que vivimos, constituyen otro peligro para la virtud, porque encierran un impedimento oculto, capaz de paralizar á las almas más activas en las vías del espíritu; y por eso me fué necesario pre- venirte contra él, enseñándote cuál debe ser nuestro trato con los prójimos. Tras este impedimento, viene el de las grandes tribulaciones interiores ó aflicciones de espíritu, que desalientan y hacen desmayar el ánimo más fervoroso; y para tranquilizarte y Conso- larte, te escribí una larga epístola sobre este asunto, la cual te aconsejo que repases, siempre que te cerque alguna tentación horrible, ó alguna grave aflicción de espíritu. Las circunstancias del tiempo de Navidad y Año nuevo me movieron á escribirte una carta sobre el modo de prepararle al niño Jesús un portalito dentro de tu corazón, para que naciera en él espiritualmente; y otra sobre la manera de aprovechar el tiempo san- tamente, cartas que debes leer todos los años cuando llegue esa época en que fueron escritas, Siguiendo el tema de las cosas que sirven de obstáculos á nuestro adelantamiento espiritual, te dije que este dependía en parte de la idea que nos formamos de Dios, idea que no es la verdadera, si no le consideramos siempre como amoroso Padre; y con este motivo te demostró cuán verdaderamente es Dios nuestro Padre, para enseñarte á servirle y amarle con espíritu de hijo, lo cual trae al alma bienes incalculables. Otro impedi- mento notable puede venir de una idea poco teoló- gica que se forma el vulgo devoto de la persona di- vina de Cristo y de su humanidad sacrat ísima, lo cual me obligó á tratar este asunto para indicarte la nece- sidad perentoriaque tenemos deamar al Hombre-Dios con amor afectivo é imitativo, si no queremos correr fuera del camino verdadero. Siendo, por otra parte, CARTAS Á TEÓFILA ZA