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11 va atrás! Los laureles inmortales no se han hecho para ellas! Por tanto, el alma debe emprender la tra- vesía de este desierto con ánimo esforzado y bien pertrechada, porque la extensión de esta segunda región de la vida espiritual, es mucho más grande que laextensión dela primera; tan grande, que la inmensa mayoría de las almas espirituales salen de esta vida sin haber tocado ásu fin, bien sea porque se dieron poca prisa en caminar, ó bien sea porque Dios quiso coronarlas apenas vencieron á sus más terribles enemigos. La tercera y última región de la yida espiritual, es totalmente distinta de la que teacabo de describir. Si cabe, es más agradable, pintoresca y encantadora que la primera. Cuando el alma, vencidos sus enemi- gos, domadas sus pasiones, y purificada de sus anti- guas manchas, llega al fin del desierto espiritual, ve desfilar á sus ojos una cadena de fértil es montañas, cubiertas de arbustos florecientes y.de amenísimos bosques, queen verdory lozanía parecen competir con los del paraíso. Un horizonte inmenso se extien- de en circulo alrededor de esta región maravillosa, El alma camina por ella libre de temores y sobresal- tos. Coge la flor que encuentra al paso y la fruta sazonada que le presentan los árboles inclinando sus ramas; recibe el obsequio que le tributan las ayecillas ereadas para el recreo del hombre; y hasta las fieras le dejan el tránsitolibre 6 vienen á reconocerle por rey como hicieron en la infancia del mundo, retozando juguetonas alrededor de Adán inocente. Por esta me- táfora habrás entendido que Pablo, el favorecido delos cuervos, y Antonio, el preceptor de los leones,y muestro ínclito Patriarca que jugaba con las aves del campo, y el Paduano que predicaba á los peces, y en general todos los Santos y Santas de primer orden, han llegado-á la cumbre de la santidad; porque has de.saber que no todas las almas llegan á las alturas de este país montuoso, sino solamente aquellas que

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