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234 tiempo, y si estás ahora más adelante ó más atrás que cuando comenzaste; como le pasa á otras pobres almas, que viven ciegas y engañadas. Has de saber, pues, que, según enseña la Sagrada Teología, existe en nosotros una cosa determinada y concreta llamada naturaleza humana 6 espíritu hit- mano, y esta cosa es nuestro propio espiritu, nuestra misma naturaleza corrompida por el pecado original, Dicha naturaleza no es el alma sola con sus miserias y veleidades, ni es la carne ni sus malas inclinacio- nes, ni los apetitos y pasiones desordenadas que sen- timos; es el conjunto y amalgama de todo eso y de cuanto hay de malo en nosotros, y á ese conjunto es á lo que damos el nombre de espíritu humano. Este espíritu puede obrar de tres modos: 1.?, en unión con el espír ¡ón bueno; 2.”, aliado con el espíritu malo; y 3.2, por sí solo, independiente de los demás. En el primer caso, ó sea cuando obra en unión con el es- piritu de Dios 6 informado por la gracia divina, en- tonces, y sólo entonces, son nuestras obras meritorias para el Cielo; cuando obra aliado con el espíritu malo 6 diabólico; nuestras obras son pecaminosas, dignas del infierno; y cuando obra por impulso propio, inde- pendiente de los vtros dos espíritus (y así obra la mayor parte de las veces), entonces no merecemos pena ni gloria, ó mejor dicho, merecemos castigos, porque perdemos el tiempo inútilmente, y lo perde- mos porque, dejando aparte la gracia, noobramos con arreglo al fin sobrenatural para el cual fuimos cria- dos. De aquí se sigue claramente que el mal, el horrible mal que el espíritu humano causa á la virtud y á la perfección, tiene un carácter negativo, que consiste en sustraer á la influencia de la ; gracia, obrando por impulso propio, por motivos puramente naturales, lo cual ni es virtuoso ni meritorio; y por esta razón el daño que nos causa, á pesar de 'ser espantoso, está oculto, y muchas veces es ignorado hasta de los mis-

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