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cia, es sobria y se mortifica en la comida por no gas- tar; se priva de las satisfacciones más lícitas, hasta de famar un triste cigarro, por no gastar, "y si ve algn- na golosina que le excita el apetito, se aparta de ella como de una tentación, por no gastar en comprarla, Hecho esto, cree la infeliz que venció la tentación de la gula, y que tiene la virtud de la templanza, y que está libre del vicio de la bebida óú del tabaco, y lo cierto es que no carece de estos y icios, ni posee aquella virtud, ni venció aquella tentación; sino al revés, que fué vencido por la oculta tentación EN la avaricia, pasión dominante suya, que convirtió la sobriedad en tacañería, la templanza en miseria, la virtud en vicio, y la falsa tentación en verdadero lazo que la envolvió miserablemente. ¡Cuántos ejemplos como este te pudiera yo citar, cara Teófila! Conozco mu- chas personas piadosas que se creen libres de ciertas faltas, defectos y tentaciones, sin atender á que caen en la tentación, en el defecto y en la falta más gran- de de todas, dejándose subyugar por la pasión domi- nante, que las engaña y enreda con aquella aparien- cia de bien. ¿Qué resulta de aquí? Resulta una cosa muy triste, y es que muchas almas que tratan de piedad, no tienen más que una virtud falsa y aparente, hija de la pasión dominante; resulta que esta pasión nos inspira á veces un grande aborrecimiento contra otras pasiones, para hacernos creer que esto es virtud, lo cual equivale á levantar una inmensa polvareda ante los ojos del alma, para que esta no vea al ene- migo contra el cual debe dirigir sus ataques: resulta, enfin, que nuestro corazón nos hace traición muchas yéces y nosengaña miserablemente, falseando el ver- »dadero concepto de la yida espiritual (que es vida de lucha con los tres enemigos del alma), 6 haciéndonos creer que nosotros luchamos, porque la maldita pa- sión dominante combate á las demás para reinar ella sola, como déspota, en nuestras almas. Resumen de PP.