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143 aquella mala inclinación, aquella perversa costumbre, ó aquellas faltas caracteristicas que le sirven de obs- táculo é impedimento para alcanzar lo que desea; y para esto es precisamente para lo que sirve el exa- men particular. Debe hacerse de una falta sola y particular, como su nombre indica, porque hacién- dolo así, da mejor resultado que sl se hiciera de ya- rias faltas 4 un mismo tiempo. Claro está que, si me propongo arrancar á tirones un árbol grande, de muchas raices y muy profundas, no lo conseguiré, aunque me lleve tirando toda la vida: pero si me pongo á escarbar alrededor, y arranco hoy una ralz, y mañana otra, y otro día otra, llegará un día en que, sin tirar, arrancaré el árbol; con sólo empujarlo vendrá al suelo, y aún ni eso tal vez será necesario, porque él caerá de su peso ó el aire lo derribará. Pues del mismo modo,si tú te propones el ser buena y virtuosa y no cometer falta alguna, y te contentas con ese propósito general, no conseguirás jamás tu objeto, por más que te canses. Para conseguirlo de- besir combatiendo y desarraigando tus faltas ¿una por una, sin cuidarte de las demás, hasta que des fin con la que traes entre mano. ¿Tienes, por ejemplo, el genio un tanto altivo y orgulloso? ¿Teimpacientas fácilmente por cualqier cosita que te dicen ó te hacen? ¿Contestas de malos modos cuando tus iguales ó tus mayores te advier- ten ó te reprenden? ¿Eres propensa á disculparte y á echar á otro la culpa de lo que tú has hecho 6 sido causa de que se haga? ¿Te gusta ser alabada y sientes que digan bien de fulanito ó fulanita, anteponiéndo- los á ti? Pues todo esto indica que tienes arraigada en tu corazón la soberbia, y que mientras no la arranques de ahí, es imposible que adelantes en vir- tud y perfección. Conviene, por lo tanto, poner manos á la obra para quitar cuanto antes ese obs- táculo que te impide el camino de la vida espiritual; pero si lo haces abarcándolo todo junto, como di-