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o 9) viven en esta tierra tan llena de miseria, tan cercada de peligros, tan colmada de seducciones, y tan rodeada de enemigos que desean á todo trance FODAFNOS la joya de la pureza santa: á ellos no pueden seducirlos lisonjera belleza, ni caduca hermosura, ni seductores halagos, ni el canto suavede la carnal sirena que trata de adormecernos; y así, no extraño que ten- gan tanta pureza y candor. Pero que el alma unida á una carne tan llena de conc upiscencia, encerrada en un cuerpo tan inclinado al mal desde la infancia, en medio de tantos peligros como hay en la vida, cercada de encantos que la seducen y de incentivos que lararrastran; que esta alma se conserve pura, se conserve virgen, eso es más glorioso y digno de alabanza. Por eso Dios le tiene reservada en la otra vida la sublime gloria de seguir al Cordero Inmacu- lado donde quiera que él vaya; de cantar en su compañía un cántico nueyo, tan nuevo como mis- terioso, tan misterioso como divino, y tan divino, que sólo las almas vírgenes lo podrán cantar. Pues lo que has de ser entonces, y por toda la eter- nidad, eso mismo empiezas á ser desde ahora, si per- severas en la santa resolución que has tomado decon- sagrar á Dios tu virginidad. Esta consagración puede hacerse con un voto formal, ó con un simple pro- pósito; y tanto uno como el otro puede ser para siem- pre, ó sólo por cierto tiempo. Además, el voto perpe- tuo puede ser solemne, como el de las monjas claus- trales, solemnizado como el de los sacerdotes y religiosas que no guardan. clausura; y simple 6, par- ticular, como el que han hecho muchísimas almas desde el principio de la Iglesia, y lo hacen cada día otras muchas, consagrando á Dios su virginidad, y conservándola sin mancha entre las inmundicias y peligros de este mundo. Conservar la virginidad de propósito, muy bueno es; pero conservarla con voto es más meritorio. Con todo, yo no te aconsejaría ja- más, cara Teófila, que hicieras ese voto por toda la